domingo, 29 de agosto de 2010

No se puede ser berza...


Estaba yo tan a gusto por la mañana tomando el sol siendo una hoja de berza cuando de pronto...zas!...viene Rosario y me corta por el tallo con dos dedos, me vuelca encima un plato con raspas de pescado y me coloca sobre una piedra plana que hay en un rincón. Atufada con aquello grasiento encima me temí lo peor: los gatos acercándose cautelosos, sus bigotes, sus fauces...!socorroooo! grité. Pero nada, tres gatos comiéndose las raspas sobre mi por todos mis rincones, sus rasposas lenguas no dejaron de lamerme hasta que fuí una delgada, grasa y asquerosa hoja. Quien me iba a decir que terminaría el día ejerciendo de ecológico plato.
No quisiera asquearos con mi imagen, así que os pongo una del río a donde las viñas amigas me acercaron para lavarme

martes, 17 de agosto de 2010

El reloj de peras


En la huerta hay un reloj de peras. Las horas caen al suelo con frecuencia irregular y sonido de golpe seco: plof (una), plof-plof (dos).
El reloj solo da la una o las dos en espacios de tiempo caprichosos. Nunca se sabe cuando va a dar la hora.

Bajo el reloj hay una alfombra pringosa de horas espachurradas, visitada por alegres grupos de avispas y moscas verdes.

En mi metamorfosis hortícola me dio como reparo asumir el verde pera, no sea que me toque dar la campanada y me quede espachurrada y marrón en el suelo. Así que preferí observar su delicioso verde miel desde el hórreo.
Y mañana será otro día.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Noche de San Lorenzo


La noche de las Perseidas me acerqué a abrazar al mandarino de la huerta pindonga en mi condición humana. Entre estrella fugaz y lágrima de San Lorenzo !!!zas!!! de pronto estoy colgada de una rama de mi árbol convertida en mandarina. No puede ser-le dije- hay que pedir permiso.
-Pues te voy a pedir que te cases conmigo- me espeta el tío, y entonces le pregunto yo muy chula: ¿y estás casado con todas las mandarinas? porque aquí somos un montón, vamos, más de 100.
-Pues por eso soy mandarín, los mandarinos tenemos harén-

Yo fastidiada miro desde donde estoy y me consuela un poco el paisaje que me toca desde mi sitio, pero pienso escaparme enseguida,
!que se habrá creído, yo una más...!

viernes, 6 de agosto de 2010

Desde la viña



Mientras caminaba por el Bouzón les vi. Ellos iban dentro de un coche dando frenadas y acelerones, haciendo mucho ruido motor, ajenos al mundo, la mirada perdida en los objetivos de satisfacción inmediata de sus apetencias. Uno me miró desde su pensamiento pequeñito y no me vio.

Al poco empezó a alzarse la columna de humo en el monte Sobareiro, cuatro focos simultaneos, 18 hectareas abrasadas, visto uno de los incediarios desde el barco de faena que regresaba...
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Quizá no fueron ellos, pero seguro que fue esa mirada. Se puede vivir mentalmente en un juego de rol, ajeno a las consecuencias reales de destrucción y muerte que generan sus reglas.

Hiroshima mon amour

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